Ubicada en el corazón de la Chapada Diamantina Norte, la ciudad de Jacobina, en Bahía, es uno de los centros regionales más relevantes del semiárido bahiano. Situada a unos 330 km de Salvador, combina tradición histórica, diversidad natural y un clima privilegiado, moldeado directamente por su geografía montañosa.
Conocida como la “Ciudad del Oro”, Jacobina surgió en el período colonial, durante el ciclo minero, y desde entonces se ha consolidado como un centro de trabajo y prosperidad. A lo largo del tiempo, su economía se ha diversificado al incorporar agricultura, ganadería y ecoturismo como pilares del desarrollo sostenible.
En este territorio se eleva la Serra do Tombador, una de las formaciones geológicas más destacadas de la región y parte integral de la Chapada Diamantina. Sus altitudes alcanzan aproximadamente los 950 metros sobre el nivel del mar, creando microclimas únicos con temperaturas suaves, buena humedad y luz solar equilibrada. Esta combinación brinda condiciones ideales para el cultivo de frutas subtropicales y de clima templado, como berries y aguacates, base de la producción de Piantare.
Piantare se encuentra precisamente en esta zona privilegiada de la Serra do Tombador, donde el relieve, el suelo y el clima se unen para ofrecer el equilibrio perfecto entre origen, nutrición y sabor. Esta ubicación estratégica no solo favorece la calidad de la producción, sino que también conecta Jacobina con las rutas logísticas del Valle del São Francisco, facilitando el acceso a los mercados nacionales e internacionales.
Rodeada de valles fértiles, ríos y cascadas, Jacobina también es un destino de exuberante belleza natural y gente acogedora. Su paisaje bucólico y su potencial productivo la convierten en un ejemplo de integración entre tradición e innovación, un lugar donde Piantare encuentra el ambiente ideal para crecer, producir e inspirar un nuevo modelo de agricultura sostenible.